Hoy por fin me siento un poco recuperada para escribir todo
lo que os debo… sé que tengo pendiente contaros las vacaciones y todo eso pero
he estado de exámenes y necesitaba estar centrada y he de reconocer que me ha
costado una semanita recuperarme de la paliza de estudiar… es duro levantarse a
las 6 de la mañana para ir a trabajar después de semana y media acostándome a
esa hora, por lo que la vuelta al curro la he pasado chunga y el estudio para
los exámenes ha sido angustioso. Pero ya está, vuelvo a la rutina (que a veces
no viene nada mal) y voy sacando las fuerzas poco a poco.
Ando un poco ansiosa porque los profesores no terminan de
corregir y estoy como loca para que me den las notas… ¡que nervios!
Pero a lo que iba, que yo os debo unas vacaciones y os las
voy a dar. La primera semana de agosto (y ultima de julio) Nacho y yo nos
fuimos una semanita a Benidorm, igual que el año pasado, al piso que tienen
allí sus padres. Reconozco que este año las necesitaba mucho, el agotamiento
mental y las preocupaciones estaban haciendo estragos ya y necesitaba
desconectar. He de reconocer que lo conseguí con éxito. Salimos de Madrid el
sábado, con una sensación rara de dejar nuestra casita solita… que diferencia
ir y volver a TU casa propia que cuando vives de alquiler en un cuchitril… pero
salimos contentos y nos pusimos rumbo a Alicante.
Llegamos por la tarde… comimos algo de camino y cuando
llegamos después de organizarlo todo y hacer las llamadas pertinentes yo me
eché un rato mientras Nacho veía la tele. Después fuimos a la playa ¡LA PLAYA!
Que ganas tenia… el agua estupenda, no había demasiada gente y estaba con la
persona más adorable del mundo. Por fin estaba de vacaciones…
Pasamos los días entre la playa, la piscina, las siestas y
el restaurante donde comíamos todos los días. El primer día comimos allí y la
verdad es que eran realmente majos y el menú no estaba mal de precio. A Nacho
le atacó una avista y se puso de los nervios (perdida de dignidad inmediata) y
el camarero se la espantó con mucha gracia… tanto que los alemanes de la mesa
de detrás no podían parar de reír y yo más todavía.
Desde ese día comimos allí todos los días, se lo ganaron a
pulso… además tenían una sangría rica y fresquita… mmm…
Descansando mucho, poniéndome negra en la playa (ya se me ha
quitado mucho pero estaba morenísima) comiendo bien y durmiendo mejor llego el
jueves, día en el que recibimos visita, y es que los últimos días vinieron
César y David (Sensei) a pasarlos con nosotros. El ambiente vacacional cambio
del todo… pasamos de un estado parejil de relax y descanso a un estado de risas
constantes y fiesta. Los días que estuvimos solos no salimos de fiesta ningún
día, estuvimos muy tranquis pero claro, cuando vinieron los dos locos estos se
acabo la paz.
El primer día (y aquí viene el comienzo de la anécdota del
ostión que me di) salimos los 4 y acabamos en el garito de las motos (que nunca
recuerdo el nombre…) es un sitio en plan discoteca grande con gogos bailando en
unas barras pero con música mas “rock” aunque suavecita...
Fue muy divertido, yo me emocioné con el video de “I´m sexy
and i know it” si, lo sé, es de coña… pero me parto con ese video…
A todo esto había un italiano (que en ese momento no
sabíamos que era italiano) muy guapete comiéndose a una en la pista… de coña comentamos
que a poco mas y lo hacían ahí en medio porque era exagerado… hubo un momento
en el que David y Nacho se fueron a fumar y yo me quede hablando con César y
precisamente comentamos que el chaval italiano, después de que se fuera la
chica con la que estaba, le había entrado como a 5 mas… el colega iba a lo que
iba y no se cortaba un pelo… nos reímos del tema y ahí quedó al conversación.
Después de que volvieran David y Nacho salí yo a fumar sola
“ponte donde te veamos” como los niños… igual. Me puse en la cristalera a la
altura de donde estaban ellos para que me viesen, muy obediente yo. En lo que
se me acercó el italiano (ahí fue cuando me dijo que era italiano) y se puso a
preguntarme de donde era, que si era del real Madrid y esas cosillas… Nacho que
lo estaba viendo se quitó la zapatilla y estuvo a punto de tirarla contra el
cristal pero en un ataque de cordura se dio cuenta de que si hacia eso igual le
echaban del garito así que él y David se acercaron al cristal y se pusieron a
hacer gestos y golpearlo. El italiano estaba de espaldas al cristal y no se
enteró pero yo que estaba de frente no podía dejar de reír… ya le corté y le
dije, que perdonase, que no me reía de él y que se diera la vuelta y claro les
vio… ¿ragazzo? Preguntó, le dije que sí, que era mi ragazzo. El se acerco al
cristal y dijo “escucha, España 4, Italia 0” a lo que David contestó “noooo,
España 3 (señalándose a sí mismo, a Nacho y a César) Italia 1”. Nos reímos
todos… terminé el cigarro, entré y ahí quedo la cosa. ¿Y cuando me caí? Tiempo
al tiempo…
Al día siguiente yo andaba hecha polvo (y eso que no bebí
más que una copa) pero hacía tiempo que no salía así que decidí quedarme en
casa por la noche viendo una peli mientras los chicos salían de fiesta y así
poder aprovechar al día siguiente que era el ultimo y quería de todo, paya,
piscina, paella y fiesta… además estaba chunga del oído (no termino de
recuperarme, cada dos por tres me quedo sorda de un oído) y claro con el agua y
eso pues se me puso fatal…
Al día siguiente Nacho me contaba entre risas que había
visto al italiano hablando con una chica y en lo que estaba hablándole le toco
el pecho y esta le apartó… nos reímos del chico porque es que no paraba… iba a
lo que pillara…
Llegó el último día y después de la playa, la paella, la
piscina, la siesta, un mega gofre con nutella (que grandes los 3 chicos que se
movilizaron hasta el sitio porque yo tenía antojo de gofre, si es que son los
mas mejores!!!) volvimos de nuevo al garito de las motos.
Y entre risas, bailes, movimientos de melenas y charlas
Nacho y David volvieron a salir a fumar y yo me quedé con César. Veíamos a los
2 por la cristalera porque estaban en el mismo sitio en el que me había puesto yo dos días antes y
de pronto vemos como se les acerca ¡el italiano! Le dije a César “espera” y me
acerqué al cristal mientras hacía que me quitaba la sandalia de tacón (imitando
a Nacho) como si la fuese a tirar… en ese momento, en el garito oscuro,
centrada la vista en los chicos y a la pata coja con tacones altos y finos… no
vi el escalón. Os lo podeis imaginar, tropezon, caída monumental, vestido mini
faldero (bastante) todo mi afán ¡que no se me viera nada! Consecuencias directas:
raspón en la rodilla que me fui corriendo a lavar para quitarme la mierda del
suelo y perdida de dignidad instantánea (mas que Nacho con la avispa…) unos
chavales detrás de César partiéndose el culo, César en plan FACE PALM extremo,
Nacho mirándome desde el cristal con medio riéndose medio con cara de “¿Qué hace
esta gilipollas?”, David descojonao y yo roja como un tomate y cojeando…
Conclusión, soy una maquina… muchos consiguen pegarse el ostión
borrachos de fiesta pero no todos son capaces de hacerlo sin haber probado una
gota de alcohol y con tanto estilo… espero que el año que viene nadie se
acuerde de mi, por suerte fue el último día.
Al día siguiente poca cosa, sesión de recogida y limpieza y
viajecito a Madrid… a casa… a NUESTRA CASA. Es la primera vez que vuelvo de
unas vacaciones ilusionada, con ganas de volver y con la sensación de regreso
al hogar… eso motiva para volver a coger la rutina con fuerza.
Si algo me llevo de estas vacaciones es algo de paz, muchas
risas, el haber disfrutado de ellas con 3 personas geniales y… bueno… una
cicatriz en la rodilla que todavía no se ha ido!
Y si hay algo que no me llevo... son fotos, porque las hemos disfrutado tanto y nos lo hemos pasado tan bien que no hemos caido en hacer ni una misera foto...