DEJADME MUUCHOS COMENTARIOS!!

VUESTROS COMENTARIOS SON LA ALEGRÍA DE MI BLOG!!!

(muchas imagenes de las que utilizo las saco de Google, si no puedo usar alguna avísame y la quitaré enseguida)

viernes, 16 de diciembre de 2011

EL CHOCOLATE ME PIERDE... LITERALMENTE. ANÉCDOTA 2

Y es que ya desde bien pequeñita sentía una loca desesperación por inflarme a chocolate, tan dulce, tan irresistible…mmm… se me hace la boca agua.


Pero por supuesto no he venido a contaros las sensaciones que me provoca el chocolate a estas alturas sino como era capaz de pequeña de conseguirlo y de paso… perderme por el camino.

Tendría yo más o menos la misma edad que el historia anterior, 2 o 3 años, por lo que la historia por supuesto también es transcrita de lo que me contó mi madre.

Estábamos, si no me falla la memoria (hace mucho que me contaron esta historia) en un pub que había llamado Shark (si, es que cuando yo era pequeña a los pub podías ir con niños)

No sé con quién estaba a parte de mi madre pero allí estábamos en una mesita. De repente, la enana no estaba. Otra vez había desaparecido del mapa. Empezaron a buscarme como locos por todo el pub y después del susto (otra vez) consiguieron localizarme.

La enana desaparecida estaba en otra mesa de unos chavales con la cara llena de chocolate… ¿Qué había pasado en ese lapsus en el que me había perdido?

Por lo visto yo ya había localizado la mesa en la que me encontraron. Una mesa con gente en la que estaban celebrando un cumpleaños y tenían una enorme tarta de chocolate que le habían traído al cumpleañero.

En un momento de despiste aproveché y me fui directa a la mesa de la tarta, saludé y me quede mirando la tarta de chocolate con esa cara de niña-buena-pena-perrito triste que ponen los niños cuando ven algo que quieren y no saben cómo pedirlo, esa cara que para prácticamente cualquier ser humano es irresistible y cuesta decirle que no. Al parecer les hice mucha gracia a los dueños del majar y me ofrecieron un trozo de tarta…

Por supuesto no dije que no… al parecer no tenía afianzado el concepto de “no aceptes nada de desconocidos” por que cuando me encontraron estaba poniéndome de tarta hasta las orejas.

Mi madre se disculpó con las personas de la mesa, muerta de vergüenza imagino… eso de que su hija fuese mendigando comida a mesas ajenas no debía de quedar muy bien. Los de la mesa, muy majos le dijeron que no pasaba nada, que les había hecho mucha gracia y que encantados de darme un trozo de tarta.

No fue una escapada muy larga, pero si imagino que tuvo que ser un show buscarme preocupados y encontrarme en esa situación. Y desde aquí le doy un millón de gracias a la gente que ese día decidió regalarme un trozo de tarta de chocolate, seguro que me supo a gloria.


 
p.d. NO IMAGINAIS EL HAMBRE QUE ME HA ENTRADO BUSCANDO FOTOS DE TARTAS DE CHOCOLATE... GRRRR

5 comentarios:

  1. Jajaja qué bueno!!! Ya me imagino la zampada que te diste a chocolate :D
    Por cierto, esa tarta tiene una pinta que mmm...

    ResponderEliminar
  2. jajajaja ya veis... yo soy así... y aun me queda alguna... yo me imagino que me puse hasta arriba. la tarta esta no era la que mejor pinta tenia de google pero era la mas llamativa. Si queréis que os entre el hambre buscad en google "tarta de chocolate" y os moriréis de las ganas...

    un beso a ambas!!

    ResponderEliminar
  3. Hola Xania, graciosa la anécdota. Qué pena que dejemos de ser niños y perdemos esa naturalidad que en tu caso hizo que te pusieras hasta los bigotes de tarta de chocolate.
    Un abrazo y gracias por pasarte por el blog de Cristina. Fernando.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias a ti por pasarte por aquí... es una pena eso que dices de crecer... aunque yo considero que mi incoencia no la he perdido del todo, aun me queda algo de esa niña que fui... pero efectivamente a veces perdemos ese desparpajo y esa naturalidad que comentas y es una lastima...

    ResponderEliminar