DEJADME MUUCHOS COMENTARIOS!!

VUESTROS COMENTARIOS SON LA ALEGRÍA DE MI BLOG!!!

(muchas imagenes de las que utilizo las saco de Google, si no puedo usar alguna avísame y la quitaré enseguida)

lunes, 26 de septiembre de 2011

REFLEXIÓN SOBRE EL TIEMPO Y RECUERDOS QUE DUELEN

Comienza un nuevo día… una semana más. Una nueva oportunidad de hacer algo importante, algo como ver a una niña sonreír en el metro, como sentir el calor del sol picándote la piel. Algo tan grande como contemplar una mosca revolotear o disfrutar la belleza de una flor.


Es lunes… y no, no soy masoquista, no me gustan los lunes. No me gusta levantarme a las 6 de la mañana para ir a trabajar. Prefiero el calorcito de mis mantas un sábado, si es posible hasta las 2 de la tarde…

Pero la vida tiene que ir pasando y los lunes tienen que llegar uno tras otro… no puedo detener el tiempo (aunque a veces me gustaría) no puedo vivir eternamente durante un instante por lo que prefiero disfrutar de cada uno de los que pasan por mi vida, de cada momento, de cada segundo, de cada pequeño regalo que nos hace el tiempo…

No siempre lo consigo claro, a veces voy demasiado deprisa ¿o es la vida la que corre? A veces me enfado con el tiempo y le pido que vuelva atrás… pero él nunca obedece las ordenes de los mortales, siempre sigue su curso impasible, dueño de sí mismo, cruel a veces y compasivo otras, seguro, directo, inquebrantable… mi querido tiempo…

Este fin de semana he pensado mucho en el tiempo y en su cualidad de correr o detenerse en algunas situaciones. El tiempo siempre es constante pero nuestra percepción sobre él no lo es, unas veces piensas que un minuto es eterno y otras se te pasa el día como una exhalación… esto es algo que nunca he comprendido, porque los seres humanos somos capaces de percibir el tiempo de maneras tan diversas…

Y hay percepciones dentro de la propia percepción… me explico, estos días le he estado dando vueltas a lo rápido que se me han pasado los últimos 3 años de mi vida… pero dentro de que estos 3 años han volado ha habido instantes que han durado un mundo.

Recuerdo cuando entré a trabajar en mi empresa y parece que fue ayer, pero no, ya hace 3 años de eso. Recuerdo y me visualizo a mi misma… tan niña, tan inocente, una enana intentando vivir una vida de gigante. Tenía 21 años y estaba envuelta en un proceso de maduración que por suerte o desventura se aceleró más de lo que esperaba.

Empecé una nueva vida, me fui a vivir sola, completamente sola. Empecé en un trabajo donde la presión pudo conmigo en muchos momentos… ya casi no lo hace. Rompí una relación dolorosa, muy dolorosa. Y empecé a sentirme especial. Empecé a sentir algo desconocido para mi, orgullo personal. No ego. No soy una chica ególatra y sé que lo que yo hago puede hacerlo cualquier persona. Pero es mi vida y me siento orgullosa de mi misma. Mis padres se divorciaron. Y todos estos cambios pasaron en ¿un mes?...

Me sentía perdida y asustada, a veces creí que no podría con todo. Pero lo hice y ahora vivo como siempre he querido. Y siento orgullo de haberlo conseguido.

Cuando vienes de una relación en la que al darle un beso a tu pareja te contesta “quita, que asco…” y al abrazarlo responde “quita, pesada” al final temes dar besos y abrazos. Cuando le das palos a un perro cada vez que se acerca acaba por no acercarse más.

Romper esa relación me hizo al menos valorarme un poco más. Ser más yo. Y eso me ha llevado a tener lo que tengo hoy, a llevar casi 10 meses con la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, me ha dado la oportunidad de saber que Nacho es lo que quiero porque por fin sé que es lo que quiero.

Eso pasó hace 3 años… y parece que fue ayer. He cambiado mucho en estos 3 años. Soy más mayor, más madura, tengo las cosas más claras y sé hacia donde se encamina mi vida. Tengo claro lo que quiero y tengo aun más claro lo que no quiero.

Fríamente, no volvería atrás. No cambiaría nada, porque de todo he aprendido, todo lo que he vivido me ha llevado a donde estoy, mi personalidad se ha forjado con cada paso, con cada decepción, con cada alegría, con cada lágrima y cada risa… en definitiva, mi alma se ha forjado con cada paso que he dado.

Otra cosa que me sorprende es la capacidad que tenemos algunos seres humanos de esconder los malos momentos en un rinconcito pequeñito de nuestra mente y llegar prácticamente a olvidarlos. El otro día quedé con mi padre y recordé cosas que sin darme cuenta había olvidado, cosas que me habían hecho mucho daño y que ni recordaba, pero un pequeño detonante, una palabra cruel, un instante desafortunado hacen que esas cosas que creías olvidadas vuelvan a tu memoria y se escapen junto con las lagrimas de tus ojos.

También he descubierto la capacidad que tienen otros seres humanos para todo lo contrario, para recordar todo lo malo, para alimentar el rencor. Mi familia es así, yo me alegro de ser del otro tipo de personas, de las que perdonan y olvidan y nunca vuelven a recordar si no les obligan a ello. El viernes me obligaron a recordar y lloré y me volvieron a hacer daño los recuerdos. Hay cosas que prefiero perder en el olvido, pero no siempre me dejan.

Quiero volver a olvidar lo que recordé hace 3 días, porque el hecho de que haya salido a la superficie me duele cada instante y no me permite ser feliz. Ahora recuerdo muchas cosas… y solo deseo volver a olvidarlas. ¿Cómo puede hacer tanto daño un recuerdo? ¿Cómo puede herir el pasado el corazón de una persona?

Confío en que mi mecanismo de defensa vuelva a actuar y olvide esos recuerdos, mientras tanto soy un poco menos feliz…

Hay una cosa más que me ha hecho pensar en el valor del tiempo. Una noticia de que se había encontrado unas partículas, las neutrinos, que viajan más rápidas que la luz. Hablando con Nacho comentamos que si eso era cierto podría ser el comienzo para hacer posibles los viajes en el tiempo… personalmente esto me aterroriza.

No se puede ir al futuro porque aun no existe y jugar con el pasado me parece peligroso. Demasiado arriesgado para el presente, creo que algunas cosas se deben dejar como están… esta es una breve reflexión sobre el tema, como ya he dicho no cambiaría nada de mi pasado ni volvería atrás… por mucho que duelan los recuerdos.

2 comentarios:

  1. Francamente me imagino que cualquier relación es mejor que "¡quita, qué asco!"
    Lo malo de las relaciones así es que tardan en poder olvidarse, y que en comparación todo parece maravilloso, lo cual tampoco es real.
    Lo malo de las cicatrices es que no se borran, como los recuerdos. Firmaría por un láser para los recuerdos que afean el alma.

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente cualquier cosa es mejor, aunque no perfecta... despues de eso tuve otra relación que fue mejor pero tampoco fue buena por otro sin fin de motivos... pero al final ambas me han enseñado mucho y ahora soy feliz en ese aspecto.
    Ojalá fuesen esos los recuerdos malos, pero la verdad es que eso está bastante superado, son recuerdos mas antiguos y mas profundos los que me duelen, relacionados con mi familia y con actos mios que no tenian porque haber vuelto a salir a flote, quizá un día hable de ello... de momento prefiero enterrar el pasado...
    Desde luego lo del láser sería una buena idea, que borrase los recuerdos y perdurasen sus enseñanzas sería ideal...

    ResponderEliminar