Hoy reconozco que estoy muy cansada… esta semana he empezado
las clases y va a ser un cuatrimestre muuuy duro. Los lunes y los miércoles tengo
clase de 15:00 a 21:00 sin parar y salgo de trabajar a las 14:30 así que me
olvido de comer nada que no sea un sándwich en el metro…
Aun así estoy contenta. Primero porque finalmente aprobé en
septiembre y en una asignatura hasta saqué un 10. Todavía no me lo creo… también
estoy contenta porque es el último año y creo que si me lo curro bien puedo sacármelo
todo en tiempo y forma y no tener que ir en septiembre. Con un poco de suerte
(y un mucho de esfuerzo) para junio ya tendré mi titulo de educadora social.
Y pensando en esto me he dado cuenta de todo lo que he
evolucionado, de cómo me ha cambiado la vida. Miro atrás y recuerdo a esa niña
descentrada y alocada a la que no le gustaba estudiar… y recuerdo algunas anécdotas
del colegio y el instituto que me hacen sonreír… o pensar en lo tonta que era.
Todavía soy en parte esa niña, no os creáis… he evolucionado
mucho desde entonces pero no he perdido mi inocencia, sigo siendo un poco
desorganizada y… no nos vamos a engañar, estudiar lo que es estudiar no me
gusta. Pero si lo que supone hacerlo. Las recompensas a mi esfuerzo.
Mucha gente ha pasado por mi vida, gente que me ha
influenciado y me han ayudado a ser quien soy hoy. Las experiencias no siempre
han sido buenas, pero de todo se aprende y hoy por fin se quién soy, que quiero
y hacia dónde voy.
Con esto no quiero decir que lo sepa todo y que no pueda
seguir evolucionando y aprendiendo, siempre hay que aprender. En mi carrera he
aprendido entre otras cosas que la educación es un proceso que dura toda la
vida y eso es lo que quiero seguir aprendiendo hasta el último de mis días.
Hoy recuerdo grandes profesores y profesores horribles. Hoy recuerdo
compañeros increíbles y otros increíblemente gilipollas. Yo no he tenido nunca
una alta autoestima, he de reconocerlo. Siempre me he infravalorado bastante y ha
habido ciertas personas que han colaborado a agravar eso. Pero ya no. Me gusta
como soy, me gusta quien soy y sé que valgo más de lo que yo misma he pensado
toda mi vida. No soy perfecta por supuesto, pero tengo afán de superación y soy
yo misma que es lo que vale. Y me gusta ese yo misma que he ido configurando a
lo largo de los años.
He tenido experiencias duras, algunas casi traumáticas. He sido
una niña feliz, también es cierto. No todo en mi vida ha sido blanco o negro, he
tenido muchas experiencias buenas y muchas malas.
Me he equivocado. Mucho. He hecho cosas de las que no estoy
orgullosa, cosas que me he hecho daño y que han hecho daño a las personas que
quiero. He cometido errores grandes. Pero no me arrepiento de nada. De todo se
aprende…
Cuando me preguntan ¿si volvieras atrás que cambiarias? Lo pienso
y no sé qué contestar. No cambiaría nada. Sí, hay cosas que me hubiese gustado
que no sucedieran nunca, personas a las que preferiría no haber conocido,
situaciones que me gustaría haberme ahorrado y acciones que no quisiera haber
cometido… pero todas esas experiencias han ido moldeando mi personalidad, mi
forma de ser y hoy soy quien soy gracias a haberlas vivido, así que ya que han
pasado… ¿para que cambiar algo que ya ha pasado? La herida ya fue abierta, pero
ya curó y solo ha quedado de ella una fea cicatriz. A veces la cicatriz duele,
me entristece recordar algunas cosas… pero ya no puede sangrar.
Pero como ya he dicho también he vivido cosas buenas… cosas
muy buenas. Actualmente vivo cosas muy buenas. Las cosas malas cada vez me
hieren menos. Cosas que hace años me habrían hundido hoy solo me hacen algún
rasguño. Ahora me tomo las cosas de otra manera, otra filosofía de vida que se
dice.
Ya no es tan fácil hacerme daño como lo era hace algunos
años. Soy más fuerte, o más sabia, o quizás las dos cosas. Pero ya no soy tan
vulnerable.
Además no estoy sola y eso es importante. Tengo grandes
amigos, amigos de verdad, de los que aunque nos veamos de pascuas a ramos
siempre estamos ahí, velando los unos por los otros. Sé que a veces soy un poco
desastre con vosotros, que a veces no os cuido como os merecéis… que con mi
vida y mis horarios se me olvida llamaros, contestaros los mensajes o se me
hace difícil quedar. Pero estoy aquí y os quiero, lo sabéis y yo sé que es
reciproco. Vosotros a veces os pasa lo mismo, y os cuesta mantener el contacto porque
tenemos vidas liadas… pero lo entiendo y comprendo. Y sé que me queréis y os
quiero. Y cuando después de un montón de meses vosotros o yo nos ponemos en
contacto y hablamos o quedamos… es como si no hubiese pasado el tiempo, como si
la última vez que nos hemos visto hubiese sido ayer. Gracias por ser vosotros
(ya sabéis quienes sois). Bueno no, se que no todos lo sabeis... se que hay alguno en concreto, que leerá esto y creera que no va con él, pero si, si va contigo tambien, porque aunque no se como me consideras tu yo te tengo cariño y te considero amigo, al menos de mi parte la amistad la tienes y te considero importante en mi vida.
Y por supuesto tengo a Nacho. La luz de mi vida, mi amor. Cuando
conocí a Nacho creo que fue cuando empecé realmente a descubrirme a mi misma y
que es lo que quería. Me acuerdo un día hablado con mi amigo Mike (tenemos que
quedaaaaaar) después de dejarlo con mi ex y yo le comentaba que aunque no sabía
que quería tenía claro que es lo que no quería en una pareja. El me dijo que si
sabía lo que no quería tendría que saber lo que quería… que sería lo contrario
y me preguntó ¿Qué quieres? Con dificultad le fui describiendo que quería en
una pareja, que era lo que me parecía fundamental en alguien para estar con él…
y al poco tiempo apareció Nacho (por cierto Mike… tú que me dijiste “ya, es
perfecto ahora… cuéntamelo dentro de 2 años… que sepas que te lo contaré en un
par de meses jajaja)
El caso es que apareció Nacho y era precisamente lo que quería,
lo que necesitaba en mi vida… y lo mejor, por primera vez he dado con alguien
que me quiere tal y como soy, que no intenta cambiarme, es más, que NO quiere
que cambie. Por fin puedo ser yo misma con mi pareja y eso hace que todo sea
fluido, fácil. Cuando Nacho y yo empezamos no nos conocíamos más de dos días de
fiesta. Por lo poco que habíamos hablado parecía que teníamos muchas cosas en común
y nos gustábamos… así que nos lanzamos a
la piscina y decidimos que queríamos conocernos sin estar con nadie más. Por esta
razón los primeros días de nuestra relación fue algo así como un interrogatorio
doble. Yo le preguntaba y el respondía y viceversa. Ninguno de los dos queríamos perder el tiempo
y ambos teníamos fantasmas del pasado que ahuyentar para que lo nuestro
funcionara. Creo que por esto nuestra confianza ha sido tan brutal desde el
principio… era más fácil preguntar y oír las respuestas que “esperar a ver como
surgen las cosas….” Entre nosotros nunca ha habido tabús, siempre hemos podido
hablar cualquier cosa y decirnos todo lo que sintiéramos. Lo bueno (lo que mas)
y lo menos (que, aunque poco algo hay). He tenido que pasar por muchas
relaciones absurdas (y digo absurdas porque no le encuentro el sentido a estar
con alguien al que quieres cambiar… si no te gusta como es ¿Qué coño haces con él?)
para darme cuenta de que lo que necesito no es un hombre tal o cual… sino que
me necesito a mí misma. Y si alguien quiere estar conmigo tendrá que convivir
conmigo misma. Necesito ser el ideal de mujer de mi pareja y no que mi pareja
intente moldear su mujer ideal sobre mí.
Y con Nacho no solo le tengo a él sino que me tengo a mí. Y a
parte de todo eso… el, tal y como es, es fantástico. Tiene sus cositas como yo
y como todos… pero no hay nada lo suficientemente importante como para hacerme
dejar de pensar que es perfecto para mí. Gracias mi vida… te quiero.
Está claro que hoy me he ido por las ramas un montón… he
divagado todo lo que he querido y más… ya ni siquiera recuerdo que os iba a contar
en un principio, pero me alegro. He sacado muchas cosas que tenia dentro y al
fin y al cabo, para eso comencé este blog ¿no?
Lamento si hay más faltas de ortografía de lo normal, pero
no pienso releer esta entrada hasta que la haya publicado, porque las cosas me
han salido así del fondo del alma y no quiero cambiar ni una coma.
Alguno perspicaz pensará… ¿amigos, Nacho? Se ha olvidado de
la familia… pero no, no me he olvidado porque hace tiempo que siento que a mi
familia no la tengo. Al menos no para todo. Esto sería una reflexión muy larga
que ni sé si me gustaría colgar en el blog, ni quiero pensar ahora mismo, pero
a día de hoy considero a mi familia Nacho que es con quien vivo y quien está
ahí. El resto son familiares… y están cuando les da la gana, para lo que les da
la gana y solo si les viene bien. (Aunque
rompo una lanza a favor de mi hermano, que aunque la última conversación que
hemos tenido haya sido una bronca y me tenga un poco mosqueada es el que más se
preocupa por mí. Manda narices que el enano de 18 años se preocupe mil veces más
por mí que mis padres… pero es lo que hay. Te quiero enano capullo).
Lo que más me gusta a mí es estar así de ocupada... me siento útil, aunque es verdad que acabas destrozada. Te mando ánimos.
ResponderEliminarBesos!
si, te entiendo, yo no se estar parada la verdad... me quejo mucho pero luego si no tengo nada que hacer me siento vacía jajaja. pero si cansa si... poco a poco ;-). huchas gracias por lo ánimos. Un beso!
ResponderEliminar