MI ABUELO, EL MAS MEJOR!

Hoy me he levantado un poco preocupada… ayer ingresaron a mi abuelo en el hospital. Parece que hoy ya está mejor, según mi padre ya está refunfuñando así que anda más animado.

Pero no quiero escribir una entrada sobre que mi abuelo esté en el hospital ni de lo triste que eso me pone… quiero escribir sobre lo especial que es mi abuelo. Creo que él no llega a saber lo mucho que le quiero y lo especial que es para mí, es verdad que en ocasiones me impone un poco y quizás por eso no le expreso mi cariño tanto como debería.

Mi abuelo Gaspar tuvo una infancia muy dura, pero no dura de las de se meten conmigo en el cole, no, dura de verdad de las de guerra y orfanato.

Algún día escribiré un cuento sobre la vida de mi abuelo, en realidad ya hice uno basado en ello hace mucho pero acabo perdiéndose con el tiempo.

Mi abuelo vivió la guerra Civil española, como tantos otros abuelos…  sus padres (mis bisabuelos) tenían una farmacia en Segovia y un día los republicanos entraron en su casa con el fusil en la mano (creo que el motivo fue que tenían un Cristo en la pared de la farmacia), mi abuelo y sus hermanos que si mal no recuerdo eran 7 en total se escondieron debajo de la cama para que no les matasen y desde ahí contemplaron como fusilaban a sus padres…

Después de eso los hermanos fueron separados y llevados a diferentes orfanatos de España hasta que un día el hermano mayor se escapó y consiguió ir encontrando a todos sus hermanos y se fueron todos a casa de unos tíos.

Después de eso no se mucho mas de la vida de mi abuelo hasta que yo le conocí… se que se casó con mi abuela, que también es una mujer fantástica y que tuvo 2 hijos, mi tía Mar y mi padre, que ya os hablaré de él en otro momento…

Mi abuelo es un hombre bastante serio, es un cabezota de narices y es muy tranquilo. Pero a veces sucede algo especial y se le ve sonreír y entonces es como si toda la habitación se llenará de luz.

Como ya ha dicho mi abuelo a veces me impone un poco, es muy rígido y un poco chapado a la antigua (es comprensible que sea un poco fachilla claro) pero es un hombre con un corazón de oro. Le cuesta mucho expresar sus sentimientos, mi padre dice que pocas veces le ha demostrado lo que le quiere y sé que por su parte tiene una gran falta de cariño por ello.

No obstante yo he vivido momentos súper especiales con el… de pequeña él siempre decía que mi pierna era su patita y que se la iba a quedar… me hacia cosquillas en ella y cuando me marchaba me decía que me la prestaba una temporada… para mí eso ha sido siempre súper especial y lo recuerdo con mucho cariño.

También ha tenido un juego desde la infancia de mi padre con él y luego con mi hermano… se colaban el uno al otro una pierna de muñeco sin que el otro se diese cuenta y cuando al tiempo aparecía tenía que devolverla sin que el otro se enterase… así lleva años…

Otro recuerdo que guardo con cariño es uno de hace apenas un año… el día que mi abuelo aprendió a hacer tortitas ¡menudo descubrimiento! Y lo buenas que le salían… y la ilusión con la que te daba la tabarra ¿quieres otra? No, estoy llena, gracias… ¿seguro? ¿Una más? …

También me encanta recordar cuando me daban los regalos de reyes y se le veía ilusionado por verme ilusionada… ¡y eso que el día de reyes es el cumpleaños de mi abuelo Gaspar! (se que es un rey mago, pero lo lleva en secreto…)

Recuerdo muchas comidas familiares con él, algunas buenas y otro más gruñón… pero todas las guardo con cariño.

Recuerdo cuando yo decía delante del plato ¡QUE RICO! Y el contestaba… uhhh malo, eso es que no se lo come (y qué razón tenía, era malísima comedora)

Pero lo que más me impacto fue el día que le vi llorar… la última vez que le ingresaron le entro nostalgia por su vida y se deprimió mucho… creo que se dio cuenta de que era mayor y acabo llorando… para mí fue un momento muy triste pero a la vez me dio la oportunidad de decirle que lo importante era lo que le quedaba por delante con todos nosotros, que le queremos mucho.

Y eso es lo importante, lo mucho que le quiero y todo el tiempo que nos queda para disfrutar de él.

Dentro de un rato iré al hospital a verlo y me encantará verle refunfuñar, decir que la comida es una mierda y que le traigamos un bocata y quejarse un poquito… eso significa que es mi abuelo y que sigue ahí para mí.