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martes, 18 de octubre de 2011

MI CASA: NUESTRA PEQUEÑA CABAÑITA

Buenas noches! Se que llevó unos días desaparecida del mundo, pero ya os contaré que llevo unos días que tela marinera...

De momento no voy a contados lo de estos días ya que estoy malita y no tengo muchas ganas, además estoy muy embarullada mentalmente y necesito reorganizar ideas para contados todos los últimos acontecimientos...

Lo que si voy a colgar es una redacción que he tenido que hacer para clase. El profesor de fundamentos antropológicos en educación social nos ha pedido que hagamos una redacción sobre nuestra casa para mañana analizarla desde el punto de vista de la antropología en clase. Y me ha quedado una redacción tan mona que he decidido compartir con vosotros como es mi casa, así que aquí va:


Lo primero que llama la atención de mi casa al entrar es el desorden, pero eso no es todo culpa de mi casa, la mayor parte es culpa de mi desastre y mi falta de tiempo.

Una vez se supera el shock del desorden te das cuenta de lo bonita que realmente es la casa, parece una cabañita con piedras falsas en las paredes y vigas de madera en el techo. Al principio es tan acogedora y linda que parece maravillosa pero no es oro todo lo que reluce…

Cuando llevas unos días en la cabañita te das cuenta de los grandes fallos que tiene la casa… para empezar es muy pequeña, 30 m2 para dos personas puede resultar tremendamente agobiante.

Además descubres que es muy oscura… solo tiene una ventana y al ser un bajo no entra casi nada de luz, hay que tenerla encendida siempre.

Que sea pequeña y oscura no ayuda mucho con mi desorden ya que no tengo espacio para meter todas las cosas. Nunca he entendido como es imposible que me quepa todo lo que tenía en una habitación en una casa entera, pero es así.

La casa tiene algún fallo mas y a veces me agobia y siento esas paredes como una prisión que me ahoga pero en el fondo le tengo mucho cariño a la casa y eso es porque no es mi casa sino que es nuestra casa.

Aquí nos mudamos a vivir juntos mi chico y yo y eso hace que nuestra pequeña cabañita sea especial, como nosotros decimos a veces “nuestro pequeño nidito de amor”.

En esta casa comenzamos un camino juntos, un proyecto de vida que empieza aquí y que es el inicio de formar nuestra propia familia.

Esta casa tiene para mi dos definiciones bastante claras, aquella en la que estoy sola viendo esta pequeña habitación que me aprisiona y me hace morirme de ganas de salir corriendo. Esta es una de ellas.

La otra definición es la que surge cuando los dos estamos en casa, en ese momento a pesar de ser oscura la iluminamos nosotros con nuestras ilusiones, cuando estamos los dos esta casa está llena de risas, abrazos, cariño… está llena de vida.

La que mas me gusta obviamente es esta definición y eso que no siempre es divertido…

Esta casa no tiene lavavajillas y es increíble lo que hay que fregar cada vez que cocinamos… siempre intentamos escurrir el bulto y que friegue el otro aunque nunca discutimos por ello, solo intentamos escaquearnos o quejarnos de lo mucho que lo odiamos para que el otro se ablande y decida fregar y quitarnos el trabajo.

No ocurre lo mismo cuando hablamos de cocinar, al menos la mayoría de las veces. A mi me encanta cocinar y no me cuesta nada hacerlo pero ahí siempre me encuentro con otros defectos de la casa.

No tenemos horno, ni nos cabría si decidiésemos comprar uno, por lo que los recursos para cocinar que tengo son muy limitados.

Además la cocina (americana) es muy pequeña y a mi me encanta expandirme mientras cocino, ir haciendo varias cosas a la vez y usar muchos cacharros y en esta cocina me tengo que cortar mucho a la hora de hacerlo así, primero porque no tengo donde apoyarme y segundo porque lo que manche… luego hay que fregarlo.

Pero no todo son pegas… esta casa significa mucho mas. Es mi libertad, mi vida, mi independencia. Hace ya mas de 3 años que vivo sola y cuando mi chico me dijo de irnos a vivir juntos me dio miedo que me agobiase convivir con otra persona de nuevo después de 2 años y medio viviendo sola del todo. Por suerte no fue así y en seguida me acostumbré a estar los dos juntos, nunca discutimos y sigo teniendo la sensación de independencia y libertad solo que ahora es una sensación compartida.

Otra cosa estupenda es la cama, es una cama de matrimonio y es sobre todo nuestra cama, nos encanta dormir abrazados toda la noche y despertarnos el uno al lado del otro en esa cama cómoda y calentita.

Lo que no es tan calentito es el agua que se acaba. Tenemos un calentador eléctrico y con una ducha solo nos quedamos sin agua caliente, me hace mucha gracia cada vez que entro a la ducha ver el hidromasaje, que nunca usamos porque no hay agua caliente suficiente para disfrutarlo… el casero tuvo una idea de bombero cuando lo puso.

Lo que si es comodísimo es el sofá del salón, que es un sofá cama y se abre muy fácilmente por lo que lo abrimos a menudo para tumbarnos los dos sin caernos. El sofá como en la mayoría de las casas mira hacia la tele… la tele es el punto de conflicto de la casa porque los dos queremos ser dueños del mando. Yo quiero ver mis series y mis dibujos animados y el quiere ver sus programas y sus pelis, no se como lo hace pero siempre gana el.

Lo que menos me gusta de la casa es que al ser tan pequeña es muy difícil conseguir aislarme cuando estamos los dos y eso es un problema a la hora de estudiar porque necesito silencio y concentración y me cuesta mucho, pero de momento he encontrado una pequeña solución. Unos cascos de cable largo para enchufar a la tele, así el está entretenido y yo puedo estar tranquila.

Se que no vamos a estar mucho mas tiempo en esta casa ya que necesitamos un poco mas de espacio tanto para nosotros como para cuando, mas adelante, tengamos niños. Pero de momento este es nuestro hogar y es por eso que le tengo un cariño especial.

Aquí hemos empezado nuestra aventura en pareja y esta será siempre nuestra primera casa, por lo que no importa lo pequeña, oscura o agobiante que sea ni las cosas que falten, lo único que importa es que aquí somos felices.





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